Carta dirigida a las autoridades del CONACULTA, INBA, y MACO. ¿Dónde quedó la Bienal de Pintura Rufino Tamayo? 17 de noviembre de 2010


¿Dónde quedó la Bienal de Pintura Rufino Tamayo?

México parece ser el país de los “de repentes”. Así, de repente, este año no se publicó la convocatoria de la Bienal de Pintura Rufino Tamayo, misma que se venía realizando desde hace 29 años. José Emilio Pacheco, alguna vez dijo que escribía para poder conservar lo que en México desaparece también de repente. Por ejemplo, en una noche demuelen una edificación que siempre has visto, que es parte tu historia e identidad. Algo semejante sucede con la Bienal Tamayo.
 
El 8 de abril se publicó en periódicos que este certamen se encontraba, según Sofía Hernández Chong Cuy, directora del Museo Tamayo, “en revisión”. Consternados por la noticia, un grupo de artistas visuales llevamos a las directoras del INBA, Teresa Vicencio, y del Museo Tamayo, una carta abierta de protesta (que enviamos también a los medios impresos y electrónicos), con cerca de doscientas firmas de miembros de la comunidad artística en la que exigíamos la restitución inmediata del certamen. La directora del museo nos dijo que se trataba de una confusión, y nos envió el 14 de abril un boletín del INBA donde se especifica que se lanzará la convocatoria de la Bienal Tamayo en enero del 2012.

Preocupados por el devenir de la bienal e inconformes por su suspensión hasta el 2012, nos reunimos el 25 de junio un grupo de pintores de reconocida trayectoria  artística con la Lic. Magdalena Zavala, Coordinadora Nacional de Artes Plásticas (CNAP) y otros funcionarios del INBA y el Museo Tamayo. En dicha reunión, aportamos sólidos argumentos sobre varios aspectos tales como: de qué manera mantener el nivel profesional del certamen, la necesidad de que la bienal siga siendo exclusivamente de pintura, y el que los curadores, críticos e historiadores del arte que conformen el jurado sean profesionales que conozcan el acontecer de la pintura en México. Además, se precisó que la bienal debía continuar siendo por convocatoria abierta y no mediante invitación de los jurados-curadores (como se llegó a plantear por algunos funcionarios en otras reuniones), con el fin de que conserve su carácter participativo, plural y diverso respecto a la creación contemporánea en México a nivel nacional. Al terminar la reunión, la Lic. Zavala nos informó que llevaría a cabo otras sesiones para revisar la convocatoria con jurados y artistas premiados en emisiones anteriores del concurso.

Hace unos días, la Lic. Zavala nos envió una comunicación fechada el 27 de octubre pasado en respuesta a nuestras observaciones e inquietudes sobre la minuta de la reunión mencionada, en la que nos informa que no se realizará la Bienal Tamayo en 2011; que “se promoverá una revisión anterior a la Bienal Tamayo 2012 en Oaxaca, solicitando se revise la historia de la Bienal y su importancia en el país”. También nos informa: “Respecto a la composición del jurado, estos serán asignados por la CNAP y el establecer los criterios para su selección, serán competencia de las instituciones involucradas directamente con la realización de la Bienal Tamayo.” En síntesis, al parecer desecharon nuestras demandas, preocupaciones y sugerencias. ¿Cómo pretenden administrar la política cultural funcionarias(os) que anula la participación de quienes precisamente hacemos la cultura?

La cancelación este año de la bienal ocurrió con el pretexto de la realización de las obras de ampliación del Museo Tamayo, mismas que a la fecha no han comenzado, mientras que éste, continúa abierto al público parcialmente y sus salas cuentan con espacio suficiente para la exhibición de la muestra. Es evidente que no hay razón para que se posponga por más tiempo la publicación de la convocatoria de la Bienal de Pintura Rufino Tamayo, y resulta obvio que, no había y no hay ahora, un motivo justificado para cancelarla. Cabe mencionar que, a la fecha, si se hubiera convocado la bienal en los tiempos que correspondían, ya habría concluido su proceso de selección y exposición en la ciudad de México.
Al cancelar por cuatro años la bienal y no garantizar su continuidad, se afecta al quehacer artístico y cultural de nuestro país, pero también la imagen de las instituciones involucradas. De mantener suspendida la bienal por más tiempo, corremos el riesgo de que desaparezca o de que nos la devuelvan privatizada, es decir, con una convocatoria por invitación curatorial y un jurado elegido por supuestos filántropos y patronos  interesados en legitimar sus propias colecciones privadas dentro de los museos públicos, decidiendo de esta manera, mediante el ingreso o rechazo de una obra en los museos sobre qué es arte y qué no lo es.

La bienal Tamayo, instituida por un pintor en el museo público que él mismo fundó, abría una oportunidad para que cada dos años la comunidad artística, y específicamente los pintores, pudiéramos participar de ese poder para legitimar qué es arte y cuál obra merece formar parte del acervo del museo mediante los premios de adquisición. Y, cuando hablamos de acervo, estamos hablando también de patrimonio, que es un bien público, como el museo mismo. La bienal no se trata solo de un concurso en el cual se otorgan premios, es sobre todo, un espacio de reflexión, confrontación y análisis entre los creadores y el público.

La bienal Tamayo ha sido por muchos años, la exposición más concurrida del museo y la que tiene mayor cobertura en los medios de comunicación. ¿Cómo entender entonces esta nueva y absurda política del museo Tamayo encaminada a disminuir tanto su prestigio como la afluencia de público a sus salas?

Por otra parte, ¿no han ayudado en la historia de México los pintores a generar instituciones culturales sólidas y perdurables como los museos: Tamayo, Anahuacalli, el IAGO en Oaxaca y otros muchos en la república, así como el mismo Instituto Nacional de Bellas Artes?  Respetar la vocación con la que fueron creados estos museos nos parece fundamental, así como la protección y difusión de sus acervos.

Advertimos los riesgos de la privatización del arte y la cultura en México sin regulaciones democráticas y sin consenso académico. Por ello, demandamos participación en las decisiones referentes a las artes plásticas en la política cultural del país, así como también, en la elección de funcionarios profesionales, capaces y respetuosos de la pintura contemporánea en museos como el Tamayo, y otros fundados y basados en colecciones también de pintura, como el Museo Carrillo Gil.

Los miembros de la comunidad artística, y particularmente los pintores, exigimos la inmediata publicación de la convocatoria de la Bienal de Pintura Rufino Tamayo.

A pesar de “los de repentes”, seguiremos defendiendo nuestro patrimonio y la posibilidad de que nuevas generaciones de pintores sean reconocidos y promovidos por sus méritos creativos, haciendo a un lado los intereses del mercado, y de funcionarios(as) que de manera arbitraria e irresponsable toman decisiones equivocadas y contrarias al desarrollo artístico y cultural de nuestro país.


Atentamente:

Teresa Velázquez, Pablo Rulfo, Ulises García Ponce de León, Inda Sáenz.

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